«Con 43 personas detenidas en la ciudad de Barcelona, el conseller de Interior se jactaba de la eficacia en la represión de grupos perfectamente organizados. Revestido de pretendida solvencia técnica, su Secretario de Seguridad, Joan Delort, detallaba con horas y minutos los movimientos que demostrarían la vinculación del Banco Okupado con los disturbios.
– Sobre la teoría del Banco Okupado.
El dúo Saura-Delort entonaron el tono acusador señalando al juzgado de instrucción núm. 22 de Barcelona como culpable de haber permitido el caos en la ciudad condal. Según ellos, y a modo de excusa de cobardes, que el juzgado no hubiera permitido desalojar días antes de la huelga el famoso Banco Okupado sería la causa de los graves disturbios. El juez, defendiendose afirma que ninguna parte, ni fiscalía ni propietarios del edificio solicitaron el desalojo y devuelve la pelota a Interior … Al fin y al cabo un nuevo juego para distraernos de lo real, la política de hechos consumados. ¿Cuántas veces los juzgados han declarado ilegales los desalojos de inmuebles cuando ya hace tiempo que han sido derribados? ¿De qué sirve evidenciar ahora que de nuevo estamos ante un desalojo ilegal? Servirá para un nuevo escarnio público contra el futuro ex-conseller Saura, y también para una mejor defensa jurídica de nuestros detenidos. Pero no para desenmascarar una de las mentiras de la jornada: que allí era donde se hacían y deshacían todos los planes para quemar la ciudad.
En realidad es sabido que hacía semanas que los piquetes de barrios trabajaban para coordinarse y ya era conocida antes de la okupación del banco la convocatoria del piquete central a las 12 del mediodía en la plaza Catalunya.
Además, a nadie se le escapa el detalle que, en disturbios anteriores al día de la Huelga, ya fueran para celebraciones deportivas o por movilizaciones de todo tipo, el Banco aún no había sido okupado.
Es más, podemos preguntarnos si, en caso de no haber existido el Banco Okupado, no habríamos tenido los mismos incidentes, como los del fotogénico coche de la guardia urbana en llamas, en una jornada de huelga general.
Y si queremos darle más vueltas … desde cuando hay un Banco Okupado para asegurar la huida y refugio? Llegando al absurdo: podríamos pedir que, y por poner un ejemplo, fuera desalojado todo un edificio de Gracia, y encarcelados todos los vecinos y vecinas, debido a que uno de los detenidos durante las fiestas mayores se refugió tras sufrir una carga policial?
-Sobre la teoría de la defensa del orden público.
Lo que no se está reconociendo es que el piquete central quería avanzar, tranquilamente, pero en tensión, la normal de una huelga general, por las calles de Barcelona y los Mossos no lo permitieron. Una vez más, cordones policiales pretendían marcar la ruta a seguir a los miembros del piquete. Llegados a la entrada de la Rambla, los Mossos cerraban el paso y los huelguistas cambiaron el recorrido sin protestar. Pero llegados al inicio de la ronda de Sant Antoni, en la plaza Universidad, viendo que se repetía la escena, que los miembros de la Brigada Móvil no nos dejaban pasar, la rabia estalló. Aunque es hora de que algún opinador a sueldo denuncie esta insistencia dictatorial de la cúpula de Interior de fijar rutas a las manifestaciones. Con el acuerdo de la concejala de Seguridad, Assumpta Escarp, el señor Delort puso punto y final al día pacífico que hasta el momento sólo había tenido mínimas expresiones de tensión y sólo 3 detenciones en Barcelona. Querían juerga y la consiguieron.
Demasiadas veces, a pelota pasada, se arrojan grandes dosis de mentiras sobre colectivos que trabajamos por la alternativa económica, política y social con la excusa de la violencia. Pero demasiadas veces vemos que en realidad quien provoca la violencia no son otros que los que dicen combatirla. De nuevo, los Mossos, en Barcelona, en defensa del orden público generaron los desórdenes ocurridos con posterioridad. Haciendo el desalojo del Banco Okupado un simple acto de orgullo y de imposición gratuita. La violencia ya había comenzado horas antes por su obsesión de golpear manifestantes por el simple hecho de querer recuperar lo nuestro, las calles de Barcelona.
-Sobre la teoría de los 200 antisistema enquistados en Barcelona.
Ya hace años que el Ayuntamiento de Barcelona, asesorado por Joan Delort lanzó la cifra de los «200». A veces son más, quizá 300, quizás 400 … sea como sea, lo que empezó como una excusa para justificar la suspensión de una cumbre de ministros de vivienda de la Unión Europea, en octubre de 2006, ha ido calando entre los opinadores a sueldo de periódicos y radios. Es bastante recorriendo, y antiguo, que ciudades como Roma, Marsella, Bilbao, Madrid, Berlín, Atenas, etc. hagan referencia a grupos organizados para justificar la persistencia de fenómenos de violencia urbana en los cuales no se ha encontrado la solución, al menos por la vía violenta policial y penal.
¿Pero qué lleva a los creadores de la opinión pública a insistir en la existencia de este número de desconocidos encapuchados? La economía se impone también aquí y nos da una doble respuesta: de entrada, más superficial pero irrefutable, es la economía aplicada a los mass media. No es ni rentable ni productivo pretender encarar la explicación de estos fenómenos de violencia urbana desde el análisis del contexto, buscando comparativas en el tiempo y descubriendo así las constantes que han hecho de estas expresiones una constante en la sociedad urbana post-industrial. Es más efectivo poner una histérica Rahola a llamar en prime time cargando contra los manifestantes, insultándolos, pidiendo más mano dura, mostrando como, en la sus escalas de valor, son más importantes las cosas (bienes inmuebles) que las personas (la dignidad de los trabajadores y trabajadoras de este país … o la vida misma cuando se trata del genocidio que sufre el pueblo palestino). A este nivel de opinadores, que encajan perfectamente en los requisitos del poco tiempo que se dispone en los medios de comunicación, se añade la razón más de fondo, también económica. Ideológicamente económica, en pro del orden establecido. Y es que al admitir que los fenómenos señalados se han repetido periódicamente desde los tiempos más grises del franquismo, o bien evidencian que los «200» tienen la fórmula de la eterna juventud, o suponen la aceptación que el problema que no envejece es otro: la desigualdad social y la pobreza democrática … Más acentuadas, más disimuladas, más crudas, más o menos evidentes, pero siempre reales en el sistema capitalista.
En definitiva, podemos poner el carro delante del burro, seguir fijándonos en la violencia vivida, desviar la atención del éxito de la huelga y, si hay que seguir cargando la espalda de los que trabajamos por el cambio real el peso de todas las desgracias de la humanidad. Pero en la práctica, las desigualdades siguen creciendo, los recortes los sufrimos cada día más y somos muy conscientes de que genera la violencia es su sistema económico y que la policía ejerce de piquete de la patronal.
Y finalmente, respecto a los € 253 000 de desperfectos, coincidimos plenamente, ahora sí, con la prensa oficialista, que de ninguna manera debería ser un coste cargado al erario público. Ahora bien, imputémolo a sus verdaderos responsables. Exigimos que sean abonados de las nóminas de los señores Saura, Boada, Delort y de la señora Assumpta Escarp.»
Alerta Solidaria
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